El saber no ocupa lugar

Al principio de cada curso, el temor más frecuente del alumno son los exámenes, muchos de ellos llevan años sin estudiar, siempre les respondo lo mismo: no estudies para aprobar, si no para comprender.

A lo largo de estos años de docencia he comprobado que no siempre los alumnos de 10 son los más capacitados para la labor diaria en consulta, muchos de ellos solo tenían una gran memoria.

El saber desarrollar la “ecuación” que presenta un paciente es lo difícil y para ello hay que utilizar la lógica y el sentido común, por supuesto con una base amplia de anatomía, pruebas físicas y un abanico de manipulaciones.

Estar entrenado en prácticas y habiendo tratado dolencias varias es como un buen terapeuta puede decirse que lo es, aunque esto lleva tiempo.

Nunca debemos creernos lo que no somos, ni aparentar saber lo que no sabemos y lo que es más importante, saber derivar en el momento oportuno, es decir, ante todo “humildad”, que no es lo mismo que ignorante o sumiso.

Cuando un paciente llega a consulta y después de hacer una anamnesis lo más completa posible, pasaremos al exámen visual donde reconoceremos las posibles desviaciones, inflamaciones, hipertrofias, etc.

Valorar la postura de la columna desde cervical a sacro es una labor lenta y dificultosa en según qué casos. Tendremos que reconocer una desviación y que lo provoca, asó como está la musculatura que la rodea.

El tratamiento ejecutado tiene que ser consensuado con el paciente así como explicando el cómo y el por qué de las manipulaciones.

Las herramientas de un buen terapeuta son sus conocimientos, por eso, al trabajar tenemos que poner a disposición del paciente todo nuestro saber, sin reservas, para dar el mejor servicio posible.

Hay veces que por dar un peor servicio o un servicio menor, nos reporta un mayor beneficio económico, pero a la larga el paciente reconoce no haber sido bien atendido, esto no significa más tiempo o más ímpetu en tu ejercicio de la labor, tampoco que tengamos que dar a saldo nuestro trabajo, solo calidad-precio con un trato correcto y en un ambiente agradable.

Sabemos, que como en la vida, no podemos gustarle a todo el mundo, pero hazlo bien y serás recompensado.


Antonio García

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